12.6.06

Amantes

Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.

Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.

Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.

Ya no tendrían dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.

Eugenio Montejo... siempre

11.6.06

Los besos del regreso

Dos meses después, este rincón vuelve a abrirse.
Al mismo costo de antes, dr is on.

Los besos son batalla contra la timidez. Los besos vencen.
Los besos dejan atrás la fantasía........ o no... me equivoco, te introducen en ella.

Lamentablemente, los besos deseados y no conseguidos se convierten en persecución.
Un beso que no pasa de la posibilidad es como la fruta fuera de estación, o caída en el jardín vecino. Será un aroma, pero no una certeza.
Los besos hablan de aquí y ahora. Y sin embargo, trascienden el espacio tiempo. Hay quien queda enganchado en el beso de ayer, o en el que viene en unas horas.

Por eso los besos nos reencuentran. Porque nos disuelven.

¿Alguien preguntó sobre la técnica de los besos?
Pido recuerden todas las movilizaciones mundiales, el poder de la gente unida en contra de la guerra contra Irak. Recuerden sus pasos y sus consignas. Recuerden la siempre
¡¡¡¡NO A LA INVASIÓN!!!!

Porque así deben ser los besos. Jamás invasivos.
Digamos que los besos son una negociación conjunta de la ruptura del espacio del otro. Y esa ruptura, créanlo, siempre en el principio tiene límites.

Tómense el trabajo de seducir, de dar señales claras, de irradiar seguridad. Y nada de irse de bruces con lo invasivo.
Si la chica te gusta, no creas que se lo harás saber causándole arcadas con tu lengua buscando su estómago. Si al chico lo quieres para ti, no hace falta que le escarbes entre los dientes.
No en el primer atrevimiento.

Si sois parte del club de torpes, es mejor ser un torpe inocente y que recorre de a poco, que un clavadista temerario que se tira al abismo de la oscuridad bucal.

El beso que quiero darte... podés pensar... es uno que te deje un poco de mí para que me saborees más tarde. Eso pensando en las horas que pasarán hasta la próxima. Pensando en el ahora, quiero que desesperes esperando mi exploración en tus sentidos. Y no sólo esperando, quiero que el trozo de labio que no estoy probando envidie el roce que hago en el otro extremo de tu boca. Si de besos se trata, me encanta (podés pensar) causarte cosquillas en las comisuras, lograr en dos palabras una sonrisa tuya, para atacar en ese momento y llevar las cosas de la paciencia a la entrega.

Un beso es comunicación, es la búsqueda del acoplamiento. Y créanme, esto no depende de grosores de labios, ni colores.
Tan sólo de ganas, invite, azar, bastante limpieza (por favor), y ánimos de complicidad extrema.

No se reparten besos a domicilio. Sin embargo, las sonrisas son gratis

sebas: de vuelta